Todos renegamos de determinados programas, sálvame, MHYV, gran hermano… y sin embargo, son los programas lideres de audiencia en sus franjas horarias o los que más ediciones tienen como el caso de gran hermano, dieciséis, el país donde más ediciones se han hecho.
La solución para acabar con estos programas es simple, dejar de verlos. No hay televisión que mantenga un programa en el que su audiencia sea baja por mucho que piense que el producto es bueno. En esto Mediaset, es todo un experto. Sabe perfectamente del pseudo intelectualismo que nos gusta aparentar, pero luego nos pierde un chinchorreo, como si de un patio de vecinas se tratase. El planteamiento es fácil, coge un famosillo o pseudofamoso (hijos de famosos, amantes de famosos, participantes de realities…) y sacar toda la porquería que pueda existir en su vida ¡Esto nos pierde! Y de forma inteligente, crear toda la expectación posible con unos videos que anuncian algo espectacular, aunque luego termine siendo una chorrada.
No dudamos en tachar a la gente que consume habitualmente estos programas de tontos, incultos, catetos… Y está claro que el contenido precisamente no es para premios Nobel, pero si de forma inteligente, mantiene al espectador atento y le ofrece lo que realmente quiere, carnaza y morbo para poder comentar con el resto. En esto las redes sociales, ayudan mucho, ya que raro es el día que no se transforma en TT el hashtag de cualquiera de estos programas. Esto crea de forma indirecta, una curiosidad en el resto de personas que no ven esos programas y al final, queramos o no, todos terminamos sabiendo que sucede en ellos. Toda una estrategia de marketing.
Hablamos de televisión de calidad y se nos llena la boca, queremos programas que se hable de cultura, un entretenimiento blanco sin ese halo de morbo ¡Que hipócritas! Las televisiones saben perfectamente que funciona, por eso no se arriesgan a hacer ese tipo de programas que tanto exigimos, porque a la hora de la verdad, se ven obligados a retirarlos porque no alcanzan la audiencia equivalente al nivel de exigencia. Esto es España, el país del postureo, del cuñadismo, y si queda bien decir que estos programas son para tontos, pues se dice. Aunque todos de alguna forma estemos informados de lo que en ellos sucede y digamos que no, porque somos muy inteligentes y esos programas son de tontos.
Tenemos la televisión que nos merecemos. Como ya dije al principio, si estos programas producen tanto asco como se dice, no estarían ahí. Por lo que quiere decir que hay un porcentaje alto que los ve. Juegan con nosotros, nos ofrecen basura porque saben que en el fondo nos gusta. Nos gusta poner la televisión y reírnos de lo lerdos que pueden ser los concursantes de gran hermano, de lo promiscuos que son MHYV o de cómo Paquirrin habla de su vida privada mientras pensamos: “Mira este, llevándose un pastizal sin dar un palo al agua”. En el fondo son programas inteligentes, no porque dependan del intelecto de los espectadores, sino porque ofrecen exactamente lo que le gusta a la sociedad española, el chismorreo, el morbo y la sensación de superioridad. Si las audiencias fuesen en la misma dirección que nuestros comentarios, La2 sería líder de audiencia un día si y otro también.