1.- Tenemos que hablar.

Hace tiempo una amiga psicóloga me dijo, que en ocasiones a sus pacientes le mandaba escribir un diario, pero que eso solo lo hacia en casos de baja autoestima, para que cuando lo leyesen se diesen cuenta de donde estaba el problema. En mi caso… en mi caso es más una necesidad de contar mi historia, que un problema de autoestima. Pero para entender porque lo hago habría que remontarse un año atrás.

La verdad, que esto no se quien lo leerá, supongo que lo primero que tendré que hacer es presentarme. Me llamo Ángel y trabajo, bueno trabajaba, en una empresa de importación y exportación, pero ya llegaremos a eso. De donde soy y mi edad… la verdad, creo que no es relevante.

Como dije, para entender porque empiezo con este diario habría que remontar un año atrás.

Hace un año, la verdad que no me podía quejar, vivía en un pisito pequeño, pero para una persona que vive sola tenia todo lo necesario. Tenía un trabajo aparentemente estable en el departamento financiero de una empresa de exportación e importación, además de tener a la mujer más maravillosa que nunca había conocido como pareja, Casandra. El sueño de toda persona, pero esto era la vida real y en la vida real… nada es perfecto. Recuerdo que era un sábado de primeros de Septiembre, yo me ceñía a mi rutina. Me levantaba, me miraba en el espejo mientras pensaba en la mala cara que tenía por no dormir bien, después, encendía la tele, ponía algún canal de noticias donde mencionarían en algún momento temas financieros que solo unos pocos entienden, pero que ellos lo venden como algo comprensible para todo el mundo pero a mi me interesaban y comprendía por mi trabajo. Yo mientras, estaría posiblemente en la cocina preparándome un café, mientras prestaba levemente atención al resto de noticias. Pero ese día no sería un sábado normal. Sonó el teléfono, era Casandra, me resultó extraño la verdad, ya que ella aprovechaba los fines de semana para dormir hasta tarde, así que, rápidamente, lo cogí:

 

-Buenos días dormilona- le dije con un cierto tono jocoso.

casandra

-Buenos días- Contestó con voz de recién levantada.

– ¿Qué pasa para que tu estés despierta a esta hora? No te esperaba por lo menos hasta las tres.

– Calla idiota, tengo que hacer unas cosas hoy… dios, que pereza. Pero bueno no te llame para quejarme, ¿podemos quedar?

– ¿Para comer? – le pregunté extrañado.

-No ahora, bueno de aquí a un rato, dame tiempo para que me duche.

– Bueno vale, pero… ¿pasa algo?

– Nada, solo que quiero hablar contigo sobre una cosa y este es el único hueco que tengo hoy.

– ¿Hablar? ¿Sobre qué?

– Bah, no seas impaciente. ¿Nos vemos dentro de una hora donde siempre?

-Vale, allí estaré.

– Ahora nos vemos y no tardes- me dijo con un tono mandón.

– No, tranquila no tardaré.

– Venga, tardón, ahora nos vemos. Ciao

– Ciao, gruñona.

Colgué el teléfono y lo dejé sobre la encimera de la cocina, fui hacia el cuarto y empecé a vestirme, cogí lo primero que pillé, unos vaqueros y una camiseta, mientras no paraba de pensar, ¿qué querría decirme? Todos sabemos que cuando tu chica dice que “quiere hablar” no es buena señal, pero no había pasado nada, no habíamos discutido y estábamos bien. Era todo muy raro. Me terminé de vestir, cogí las llaves y el móvil y me marché.

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